Los adverbios son palabras que complementan a los verbos, a los adjetivos o
incluso otros adverbios. Se utilizan para expresar lugar, cantidad, tiempo,
modo, duda, afirmación, etc. Por ejemplo: Compré mucho. (adverbio de cantidad)
A diferencia del adjetivo (que debe coincidir en género y número con la palabra a la
que complementa), el adverbio es siempre invariable. Por ejemplo:
Mi hija sabe mucho. / Mis hijos saben mucho. El adverbio “mucho” (que en este caso
complementa al verbo “saber”) no varía, pese a que se cambia el género y el número
del sustantivo (hijo / hijos).
Esta invariabilidad permite distinguir la presencia de un adverbio de la de un adjetivo,
ya que el adjetivo sí varía. Por ejemplo: Leyó bastante de literatura francesa.
(“bastante” es adverbio de cantidad) / Leyó bastantes libros de literatura francesa.
(“bastantes” es adjetivo y acompaña en número al sustantivo)
Los adverbios indican una circunstancia asociada a la acción del verbo y por eso existen distintos
tipos de adverbios: adverbios de tiempo, de lugar, de modo, de cantidad, de compañía, de
instrumento, de finalidad, de causa y de pertenencia; y que responden a preguntas como
¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cuánto?, ¿con quién?, ¿con qué?, ¿para qué?, ¿por qué?,
¿de quién?
Existe otra categoría de adverbios que no responden a ninguna pregunta en particular,
pero que agregan información y completan o matizan el sentido de la oración. Tal es el caso
de los adverbios de duda, de deseo (o desiderativos), comparativos, interrogativos,
exclamativos, afirmativos y negativos.