20 may 2012

Mario Trejo. Poeta


martes, 15 de mayo de 2012
El también guionista de cine y director de teatro murió el domingo en San Sebastián, su hogar desde el año 2000. Este experimentado y multifacético exponente del mundo literario había nacido en Buenos Aires el 13 de enero de 1926 y desde su juventud estuvo vinculado a las actividades artísticas.

Puede decirse que Mario Trejo sobrevivió lúcidamente distintas épocas de la producción poética hispanoamericana destacándose por su estilo provocador, insolente, irónico, irreverente.Escritor multifacético, bohemio, imprescindible y provocador.

Murió Mario Trejo, un poeta inolvidable
Una personalidad que recorrió un itinerario que lo ubicó en la intersección de poetas que se destacaron en la revista surrealista “Letra y línea”, los “invencionistas” alrededor de la revista “Poesía Buenos Aires”, el crisol de artistas del célebre Instituto Di Tella, a los que se le suman los “concretistas” brasileños, que conoció a principios de los ‘50 cuando pasó una temporada en Brasil. Su afinidad con la cultura brasileña lo llevó a traducir poemas de Drummond de Andrade, Cabral de Melo Neto, Murilo Mendes y Vinicius de Moraes.

Su legado literario se inició en 1946 con “Celdas de la sangre” y, entre otros textos célebres, se destacan “El uso de la palabra”; premiado en 1964 con el Casa de las Américas de Cuba -un libro aumentado y reeditado en diversos países- y su imprescindible “Antología poética” editada en 2008 por el Fondo Nacional de las Artes. Por él, la Fundación Argentina para la Poesía le otorgó el Gran Premio de Honor.

En mayo de 2010 se publicó su último libro, “Los pájaros perdidos”, año en el que también contrajo matrimonio con su fiel compañera María Fernanda, a quien conoció en su temporada en la ciudad de Rosario.

Aunque Trejo no se conformó con ser solamente un escritor. Su rebelde y magnética personalidad se proyectó como letrista de canciones. Basta con mencionar “La tristeza y el mar”, con música de Waldo de los Ríos, y “Escándalos privados” y “Los pájaros perdidos”, musicalizados por Astor Piazzolla; esta última, sin duda su canción más internacionalmente conocida. En nuestro país la grabaron Susana Rinaldi, Julia Zenko y Amelita Baltar; y en el resto del mundo intérpretes como la cantante italiana Milva y la estadounidense Jeanne Lee la seleccionaron como sus preferidas del repertorio.

También se destacó como dramaturgo, especialmente durante los estimulantes años ‘60 del mencionado Di Tella. Escribió “No hay piedad para Hamlet”, “Libertad y otras intoxicaciones”, entre otras.

Periodista y viajero

Su prolífica etapa como periodista dio sus primeros pasos en el diario La Prensa. También fue crítico teatral en El Nacional, Confirmado, que dirigía Jacobo Timerman y Primera Plana.

Luego comenzó a viajar. Entre 1960 y 1962 vivió en Madrid, Roma y París. En la capital francesa escribió crítica literaria para las franquicia extranjera de la Radio y Televisión Francesa junto a Mario Vargas Llosa. Luego se mudó un año a Cuba (ver “En el cine y la televisión”). De regreso a Europa se instaló en Roma y luego, a partir de 1974, permaneció 14 años en España. En el Viejo Continente trabajó para las agencias Harvey, Ansa y Asa Press. Y entre sus entrevistados figuran Ernesto Guevara, Jorge Luis Borges, Yasser Arafat, Salvador Allende, dirigentes del MIR chileno -entre otros- y escribió crónicas desde Egipto, El Líbano, Siria y Chile.

Entre 1989 y 1991 sus trabajos lo llevaron a trabajar alternadamente entre México, Guatemala y EEUU.

Uno de sus amigos más cercanos, el periodista Reynaldo Sietecase, habló ayer de Trejo como una leyenda, un tipo especial, “un peleador, una especie de Muhamad Alí de la literatura, un aventurero, un exquisito, un dandy” y sobre todo un poeta cuya obra “interpela a la estupidez, a las convenciones, a los autoritarismos”. “Sentiremos la falta de su palabra luminosa y su pensamiento crítico”, señaló Sietecase.

FUENTE: tELAM